Los chinos tienen la creencia de que las personas predestinadas a conocerse se encuentran unidas por un hilo rojo atado al dedo meñique desde su nacimiento. Es invisible y permanece atado a estas dos personas a pesar del tiempo, del lugar, de las circunstancias...
Una leyenda sobre este hilo rojo cuenta que un anciano que vive en la
luna, sale cada noche y busca entre las almas aquellas que están
predestinadas a unirse en la tierra, y cuando las encuentra las ata con
un hilo rojo para que no se pierdan.
El hilo puede enredarse o tensarse, pero nunca puede romperse.
El hilo puede enredarse o tensarse, pero nunca puede romperse.